ADS

Úlcera gástrica


Una úlcera péptica es una erosión o herida en la mucosa del estómago (úlcera gástrica) o en la parte superior del intestino delgado, llamada duodeno (úlcera duodenal). Las úlceras suelen tener un tamaño entre 0.5 y 1.5 cm de diámetro.

Las úlceras son un problema gastrointestinal frecuente, afectando aproximadamente a un 10% de la población. La úlcera gastroduodenal suele aparecer a partir de los 50-60 años de edad y es más frecuente a nivel duodenal que gástrico.
LO QUE DEBES SABER...
- Existe una clara relación entre la aparición de úlcera gástrica y la infección por la bacteria Helicobacter pylori.
- Los síntomas más habituales son: dolor abdominal, náuseas y vómitos, quemazón en el esófago, distensión abdominal…
- Para aliviar los síntomas se indica tratamiento farmacológico. En caso de no responder, se puede indicar tratamiento quirúrgico.
¿Cómo se produce?
Se considera que la aparición de las úlceras es de causa multifactorial. Está implicado un desequilibrio entre el ácido del estómago, una enzima llamada pepsina y las barreras de defensa del revestimiento del estómago. Este desequilibrio lleva a que se produzca una inflamación, que puede empeorar con la presencia de determinados factores de riesgo, como pueden ser el tabaco, el consumo de alcohol o el tratamiento con radioterapia.
Existe una clara relación entre la infección por una bacteria llamadaHelicobacter pylori y la aparición de la úlcera duodenal o gástrica. Una persona infectada por esta bacteria tiene mayor riesgo de desarrollar una enfermedad ulcerosa a lo largo de su vida. No todos los pacientes con úlcera tienen una infección por Helicobacter pylori, pero dicha bacteria se detecta en un gran porcentaje de pacientes afectos de esta patología. La forma espiral del H. pylori le permite penetrar en la mucosa del estómago o el duodeno para poder adherirse a ella, produciendo una serie de toxinas que la inflaman y la dañan.
Las úlceras también pueden aparecer en relación con el consumo de medicamentos como corticosteroides y antiinflamatorios no esteroideos. Uno de los efectos no deseables de los antiinflamatorios es que aumentan el riesgo de hemorragia digestiva o de enfermedad ulcerosa, pues su uso prolongado puede dañar la mucosa del tracto digestivo hasta causar una úlcera o bien empeorarla si ya existe.
En ciertos casos poco frecuentes pueden darse úlceras no asociadas a estos dos factores principales (H. pylori y el uso de antiinflamatorios). Muchas de ellas se relacionan con un síndrome de hipersecreción ácida, en el cual existe un exceso de secreción de ácidos gástricos que dañan la mucosa.

Síntomas
Los síntomas más habituales de una úlcera suelen ser:
-Dolor abdominal. Es el síntoma principal, suele ser un dolor agudo, referido como quemazón o ardor, localizado en epigastrio, de aparición a brotes de 2 a 4 semanas de duración y que suele calmar con la ingesta o con antiácidos. En la úlcera gástrica el dolor es más característico inmediatamente tras las comidas.
-Náuseas y vómitos.
-Pirosis
, es decir, sensación de quemazón en el esófago.
-Distensión abdominal y cambios en el hábito intestinal.
En algunos casos las úlceras son asintomáticas o dan pocas molestias y se diagnostican tras la aparición de una complicación como:
-Hemorragia digestiva, que aparece en forma de hematemesis (vómito de sangre roja) o de melenas (deposiciones negras por la presencia de sangre).
-Perforación, cuando la úlcera péptica va penetrando las diferentes capas de la pared gastroduodenal hasta perforarlas. Se manifiesta por la aparición del llamado abdomen agudo, caracterizado por un dolor en epigastrio, brusco, intenso y con endurecimiento de la pared muscular.
-Estenosis pilórica, consistente en el estrechamiento de la zona de unión del estómago con el duodeno. El paciente suele presentar náuseas y sensación de plenitud.
Diagnóstico
El diagnóstico de la enfermedad ulcerosa se basa en la historia clínica del paciente, la presencia de los síntomas ulcerosos, la exploración física y, si se considera necesario, una serie de exploraciones complementarias.
Los métodos diagnósticos están dirigidos a visualizar la úlcera (endoscopia) y a la detección del Helicobacter pylori. Se dividen básicamente en:
Métodos invasivos:Endoscopia, en la cual se introduce un tubo con una pequeña cámara a través de la boca y el esófago hasta llegar al estómago y duodeno para poder visualizar todo el tracto digestivo la posible existencia de alteraciones. Si se visualiza la úlcera se pueden tomar pequeñas muestras de tejido (biopsia).
- Tránsito esofagogastroduodenal, que consiste en hacer que el paciente tome una preparación con bario y realizar una serie de radiografías para valorar la motilidad de esta parte del aparato digestivo y las posibles irregularidades de la mucosa.
Métodos no invasivos:
- Detección de anticuerpos 
contra Helicobacter en sangre (serología).
- Detección de Helicobacter en heces.
Prueba del aliento, una prueba muy precisa tanto para la detección del Helicobacter como para comprobar la recurrencia de la infección tras el tratamiento antibiótico. Consiste básicamente en beber un líquido viscoso con urea marcada con carbono y posteriormente soplar en un pequeño tubo para determinar si en el dióxido de carbono exhalado hay carbono marcado, señal que la bacteria presente lo ha metabolizado.
Tratamiento
Para aliviar los síntomas y atenuar el dolor se indica tratamiento farmacológico.
Los fármacos habitualmente empleados son los antiácidos y protectores gástricos, los antagonistas de los receptores H2 o los inhibidores de la bomba de protones, siendo el más conocido el omeprazol. Éstos últimos bloquean la secreción ácida del estómago (son los más potentes). Puede ser necesario un tratamiento a largo plazo.
Si existe infección por H. pylori, el objetivo principal es la erradicación de la bacteria causante del problema. El tratamiento se basa en la utilización de un inhibidor de la bomba de protones, para disminuir la secreción ácida del estómago, combinado con antibióticos. Se administra durante unos días, tras los cuales se suele repetir la prueba del alimento para comprobar que la infección por H. pylori haya desaparecido. Si no se ha conseguido se puede repetir una nueva pauta de tratamiento.
El tratamiento de las complicaciones como el sangrado se suelen tratar mediante endoscopia, que localizan la úlcera sangrante y puede cauterizar la hemorragia. Si existe perforación gástrica es preciso un tratamiento quirúrgico urgente.
Se puede indicar tratamiento quirúrgico en aquellos pacientes que no responden al tratamiento farmacológico o a la endoscopia. Los procedimientos quirúrgicos para las úlceras gastroduodenales abarcan:
Vagotomía: consiste en seccionar el nervio vago, que es el que controla la producción de ácido gástrico en el estómago.
Gastrectomía parcial, es decir, extirpación de una parte del estómago.
Asimismo, se recomienda seguir una serie de medidas como mantener una dieta equilibrada y sana, evitando las comidas ricas en grasas y realizar comidas pequeñas durante el día a intervalos regulares. Se aconseja también evitar el tabaco, el té, el café y las bebidas con cafeína, así como el alcohol y el consumo de antiinflamatorios no esteroideos si no es estrictamente necesario.
Prevención
Llevar una dieta saludabley si se tiene riesgo de úlceras evitar tomar antiinflamatorios no esteroideos o hacerlo asociados a un protector gástrico puede disminuir el riesgo de padecer una úlcera gastroduodenal.

0 comentarios:

Publicar un comentario