El linfogranuloma venéreo es una enfermedad de transmisión sexual producida por una bacteria llamada Chlamydia trachomatis. En el primer mundo es bastante infrecuente, en cambio, es una infección mucho más característica de países tropicales y subdesarrollados.
Dado que es una enfermedad relacionada con la actividad sexual tiene un pico de incidencia entre la población sexualmente activa. Aunque puede aparecer en ambos sexos, es más frecuente en varones, sobre todo homosexuales y, en gran parte, se transmite por portadores asintomáticos de sexo femenino.
LO QUE DEBES SABER
- El linfogranuloma venéreo es una enfermedad de transmisión sexual que aparece en ambos sexos, aunque es más frecuente entre varones, y acostumbra a tener curación completa.
- Se manifiesta en tres fases: en la primera aparece una úlcera en la zona genital, en la segunda se inflaman los ganglios y, en la tercera surgen manifestaciones a nivel anorrectal.
- Tanto el paciente como sus contactos sexuales deben evitar las relaciones sexuales hasta la finalización del tratamiento.
¿Qué síntomas produce?
Tras un periodo de incubación de 1 a 4 semanas, las manifestaciones de esta enfermedad se caracterizan por 3 fases:
- Primera fase: aparece una lesión (como una vesícula no dolorosa) en la zona genital (prepucio, glande o escroto, por ejemplo) que se transforma en una úlcera. Esta lesión se cura sin secuelas y en muchas ocasiones puede pasar desapercibida. En pacientes homosexuales pueden aparecer lesiones en la zona ano-rectal (dolor, ulceración, sangrado).
- Segunda fase: de 2 a 6 semanas tras la aparición de la lesión inicial aparece una inflamación de los ganglios de la zona, que se manifiesta como dolor, hinchazón e incluso supuración.
- Tercera fase (síndrome ano-genital-rectal): pueden aparecer manifestaciones a nivel anorrectal en forma de ulceraciones, fístulas y abcesos en esa zona.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico es básicamente clínico. Se tiene que acudir al médico ante cualquier lesión de nueva aparición en el área genital y mediante serologías (determinación de los niveles de anticuerpos en sangre) y cultivo de la zona de la úlcera o los ganglios inflamados (adenopatías).
¿Cómo se trata?
El tratamiento se basa en el empleo de antibióticos específicos para la Chlamydia (de elección la doxiciclina) hasta la curación clínica (generalmente un mínimo de 3 semanas). Puede ser necesaria la aspiración de las adenopatías y/o de los abscesos (colecciones de pus). Generalmente la curación es completa con el tratamiento adecuado. Tanto el paciente como sus contactos sexuales deben evitar las relaciones sexuales hasta la finalización del tratamiento. Las parejas sexuales recientes deben ser evaluadas y tratadas con un régimen antibiótico adecuado (profilaxis o tratamiento si presentan síntomas).
La prevención, como en el resto de las enfermedades de transmisión sexual, se basa en la utilización del preservativo.
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